lunes, 12 de abril de 2010

crisis de la iglesia



Precedentes

Ya al final de la Edad Media, el principio laico comienza a afirmarse en sí mismo de forma autónoma frente a la Iglesia. Una muestra de ese espíritu la tenemos en 1303, cuando en Anagni el rey de Francia humilla a Bonifacio VIII, apresándolo; o en el exilio de los Papas en Avignon (1305-1378). Tan graves y significativos sucesos indican una crisis muy profunda, y anticipan un cambio de época...

Este espíritu mundano es, sin duda, como ya vimos, el mismo que cobra nueva fuerza en el Renacimiento paganizante, cuando los príncipes de las naciones cristianas van secularizando de hecho sus planteamientos políticos (Maquiavelo +1527). La Reforma luterana, por su parte, admitiendo sin resistencia el poder de los príncipes, está de acuerdo con esta tendencia secularizadora, o al menos la consiente como un mal inevitablemente incluido en el mal del mundo.


Partiendo del Renacimiento y la Reforma

El Renacimiento y la Reforma, rompiendo la unidad espiritual de la Cristiandad, dejan en el mundo europeo muchos demonios sueltos. En realidad, los primeros reformadores protestantes no hacen sino una reforma a medias; no trata de aplicar hasta el final sus propios principios.

En efecto, si el protestantismo afirma la conciencia individual frente a la autoridad de la Iglesia, en materia de fe y costumbres; si la Tradición no vale, ni es criterio válido para la fe y la conducta; si propiamente no hay ya Iglesia, sino sólo Dios, Escritura y conciencia personal; si no hay en el mundo quien pueda distinguir con certeza, con autoridad divina, la verdad del error, el bien del mal... queda entonces el libre examenabandonado a su propia fuerza destructora, que acabará destrozando la personalidad humana, la condición cristiana de los pueblos y la cohesión pacífica de las naciones. Sólo es cuestión de que ese tumor canceroso se vaya desarrollando, hasta producir una siniestra metástasis que afecte a todo el cuerpo social...

Todavía es grande, sin embargo, la fuerza del cristianismo en Occidente, y así en el siglo XVII, en el clasicismo, parece lograrse un cierto equilibrio histórico entre el paganismo renacentista y el cristianismo, eso sí, con características muy diversas en las naciones católicas y en las protestantes. Quizá las cosas no vayan más lejos...

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